

Hace muchos años las calles de Chile sufrieron la avalancha de pequeños vehículos de dos ruedas que encandilaban a la juventud de la época por su diseño, economía y versatilidad, es la década del 60 y la llegada de las famosas Motonetas.

Chile vivia en aquellos años una realidad muy distinta a la actual, y quizas algunos se han olvidado, pero en Chile no habia muchos caminos pavimentados, las calles eran de tierra y muchas de huevillo o adoquines, para que recordar los caminos rurales, verdaderas huellas y sendas a muy mal traer. Un país donde soñar con un vehículo propio era reservado sólo a la clase social alta y donde la bicicleta del dueño de casa era el vehículo de la familia modesta y trabajadora.


Los origenes de las motonetas se remontan a los acontecimientos post segunda guerra mundial, donde una serie de factores entre ellos: la necesidad de generar empleos, crear vehículos baratos y fáciles de maniobrar, reutilizar las industrias y a los técnicos e ingenieros de la aeronaútica y la mecánica; hacen que en Italia las Industrias Innocenti y Piaggio, vuelquen toda su capacidad ingenieril y de imaginación para crear, basadas en la aeronaútica, las famosas motonetas. Allí nacen las Lambrettas y Vespas, en una guerra sin cuartel por demostrar sus cualidades y beneficios a los usuarios europeos.


Estas dos marcas son las que actualmente sobreviven mayoritariamente en el mundo, sin embargo no es menor que mucho paises europeos y asiáticos tambien hubiesen intentado crear sus propias versiones de las "Scooter" o Motonetas, así la historia nos cuenta que se fabricaron más de mil modelos diferentes a lo largo de la historia, sin considerar todas las versiones preliminares que quedaron en el camino.

No olvidemos que la misma Lambretta tienen versiones A, B, C, D, E, F....hasta concretar la Ld y la Li, de cuyos modelos hoy aún podemos ver en nuestro pais, más modernas fueron las versiones TV y otras que no llegaron a sudamérica.



("Superocho" en la ciudad más bella de Chile...Chillán, atrás la imponente catedral y su cruz que recuerda a los muertos del terremoto del 24 de enero de 1939. Chillán 1989)
Comienzan a formarse los clubes de motonetas, clubes de paseo y también de competición. Se inicián las modificaciones de los motores para potenciarlas, rebajar culatas, cambiar cilindros, adaptar un tercer anillo, adaptaciones del carburador, cambios de tubos de escape y silenciadores más rectos o con escapes rectos, se modifican los asientos o simplemente se eliminan, se sacan las bandejas y las tapas laterales, todo con el proposito de dejarlas lo más livianas posibles. La pasión esta llegando a su cima, son los años 60 en pleno, con el primer hombre llegando a la luna.

Llegan los años 70 y con ellos el cáos civil en Chile, se produce el golpe de estado y los toques de queda, restricción total a vehículos. Algunas motonetas recientemente rescatadas de casas en ruinas, establos en el campo, de corralones municipales (remates), aún conservan cuál mudas testigos de la época, las parrillas y elasticos que sugetaban barras de cobre o llaves de griferia de sus dueños, muchos al exilio, muchos detenidos y otros desaparecidos, las placas patentes cuadradas de color amarillo y letras negras quedan olvidadas y oxidadas en los campos y pueblos de nuestro país.

Las Lambrettas intentantando sobrevivir. En la década del 90, una verdadera odisea se les viene a los motoneteros, no solo por la escazes de repuestos, sino por que comienzan las exigencias para ellas, aparece el famoso permiso de circulación obligatorio el cual llega a tener un valor de $90.000, valor exagerado y fuera de toda lógica considerando que el valor de compra-venta de una motoneta oscilaba entre los $15.000 y $35.000. Este hecho junto a la obligatoriedad del uso del casco para conducir , tanto para el chofer como al copiloto, fueron mermando las ganas de mantener vigente estos hermosos vehículos de dos ruedas.

Muchas motonetas que intentaban sobrevivir en Chile, sin embargo aquellas que sobrevivieron a la Dictadura finalmente sucumbieron con la llegada de la Democracia. Paradójico por decir lo menos. Así y todo muchas quedaron olvidadas en los talleres, patios y leñeras de las casas, otras con más suerte, he sabido de buena fuente, fueron dejadas estacionadas en el living de la casa como fiel recuerdo de hermosos y gloriosos momentos del pasado, ese es el caso de un Temucano del sector Pueblo Nuevo, que aún conserva su Lambretta li en esas condiciones. Me ha tocado ver Lambrettas estacionadas detrás del sofá del living, como un señor de Padre Las Casas que guardaba su Lambretta para sus hijos. Otro caso emblemático es el de Don Roberto, antiguo mecánico de Chillán el cuál por más de 30 años mantienen estacionada su vespa en la entrada de su casa, manteniendo sus adornos originales, parabrisas y emblemas.

Tan escazas estaban las motonetas, muchas fueron a parar a las chatarras o fundiciones, que durante la decada del 90 era imposible salir al centro de la ciudad o en la carretera sin que en algún momento fueramos controlados por carabineros, algunos buscando el parte en cualquier cosa, los documentos, los cascos, la capacidad de la moto, el ruido del escape, la humareda de los silenciadores, los espejos retrovisores y los intermitentes (estos dos últimos fueron exigidos en esta época), Pero siempre encontrabas fánaticos que te paraban sólo para preguntarte por el año de fabricación o simplemente para contar su propia historia. Finalmente la cordura llega a algunos y el cambio de siglo hace que las compañias bajen el costo de los seguros obligatorios y muchas motonetas comienzan a respirar nuevamente.
(Viajando de Temuco a Lonquimay, a 12 km de Manzanar, julio de 1988, fijense en el camino ....sí, ripio, tierra y muchisimos hoyos)
Para alegría de muchos, las motonetas regresaron cuál ave Fenix de entre las cenizas y comienza el nuevo boom de estas maravillas de dos ruedas. A comienzo de este nuevo siglo, con computadores y sensores, autos robotizados, instrumental basado en sensores y microcomputadoras las motonetas retoman su lugar en el mundo automotriz, ahora como verdaderas joyas pasan a formar parte de los clásicos. Vehículos que llevan a cuesta más de 50 años rodando por nuestro país y el mundo siguen maravillandonos con la simpleza de su mecánica, la belleza de su linea aerodinámica, con los bordes redondeados de sus tapas, con ese olor a mezla de bencina y aceite en su partida y con su sonido tán característico pa-pa-pa-pa-pa-pa-pa... Gracias a los antiguos y actuales propietarios que mantuvieron y mantienen viva la ilusión y alegría de manejar una Motoneta del siglo pasado en las carreteras del siglo XXI.(la "SUPEROCHO" ahora amarilla, presentada entre los clásicos en Salón del Automovil de Inacap Temuco, 2005)
Exequiel Sepúlveda González (CHEQUE 84*)
Septiembre 2008